No hace mucho frío y es alucinante observar cómo en media hora se disipan y queda el ambiente tan limpio, huele tan bien el monte, que te dan ganas de meterlo en un frasco todo y guardártelo fresquito para el verano.
Buen apetito.
Coger algo de altura es una buena opción, y el monte de los Arales es asequible, cerquita y se asciende lo suficiente como para ver todo el valle.
Vamos allá,
La verea te lleva por el límite de una zona de pino, con una bonita historia pues la repoblaron niños y niñas del cole, hace ya unas décadas. Y hoy es un bosque precioso.
El Calar se va se a deshaciendo de las últimas nubes,
y se va despejando todo el valle,
Si miramos para la otra vertiente, se ve Canales y el pantano a rebosar, han sido buenas las lluvias,
Nos sentamos a contemplar estas vistas chulísimas,
Y otras criaturas del monte se acercan a merendar con nosotras :)
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